En Europa se viene realizando un nuevo capítulo en la era tecnológica donde se utilizan robots humanoides que se han incorporado en diversas industrias del continente, marcando el inicio de una transformación sin precedentes en sectores como la manufactura, la logística, el turismo e incluso la salud.
En ese sentido, desarrollados por empresas líderes como Tesla (con Optimus), Figure AI, Agility Robotics y compañías asiáticas como Xiaomi Robotics y UBTECH, estos robots ya no son solo prototipos de exhibición con movimientos naturales, inteligencia artificial integrada y capacidad para interactuar con humanos, los humanoides están siendo implementados en fábricas, aeropuertos, hospitales y centros comerciales.
En Alemania, Francia y los Países Bajos, los primeros robots ya se están utilizando para tareas repetitivas o físicamente exigentes, como el manejo de paquetes en almacenes o la asistencia en líneas de ensamblaje. En aeropuertos como el de Ámsterdam y París, robots brindan información a los pasajeros en varios idiomas.
Estos robots no solo se mueven: entienden órdenes, responden preguntas y aprenden de su entorno. Algunos modelos cuentan con reconocimiento facial, sensores de proximidad y sistemas de aprendizaje automático que les permiten mejorar sus habilidades con el tiempo. Si bien la llegada de robots humanoides ha despertado entusiasmo, también ha generado debate sobre el futuro del trabajo y la ética de la automatización. Expertos advierten que será crucial garantizar que su uso complemente a los humanos.
Por otro lado, la Unión Europea ya está discutiendo nuevas políticas sobre robótica e IA para asegurar un desarrollo responsable y seguro. Mientras tanto, empresas y gobiernos están apostando por la capacitación de trabajadores en nuevas habilidades digitales para convivir con esta tecnología. Con la llegada de los robots humanoides, Europa se adentra en una nueva era en la que la colaboración entre humanos y máquinas será clave para la productividad y la innovación.
