Reflexión sobre la situación política en Perú: Un llamado a la conciencia cívica

Hoy, la presidenta Dina Boluarte enfrenta una de las aprobaciones más bajas en la historia reciente del país, con tan solo un 3% de respaldo popular. Sin embargo, permanece en el cargo hasta julio de 2026, respaldada por un Congreso que, lejos de actuar como contrapeso, parece perpetuar un sistema de poder que ya no refleja las necesidades ni los anhelos del pueblo peruano. A este panorama se le suman serias acusaciones de corrupción, como la imputación de una supuesta red de prostitución dentro de su propio gobierno, lo que agrava aún más la desconfianza que la ciudadanía tiene hacia las instituciones.

Es cierto que estos políticos fueron elegidos mediante mecanismos constitucionales, tanto en las elecciones presidenciales como en las congresales. Fueron votados por nosotros, los peruanos, para cumplir un mandato que debería enfocarse en velar por los intereses de todos los ciudadanos. Sin embargo, en lugar de servir al pueblo, los políticos de turno han demostrado en reiteradas ocasiones que el poder se ha convertido en una herramienta para el beneficio propio, ya sea económico, político o judicial.

Este abuso de poder afecta directamente a la población. Mientras que desde sus posiciones de privilegio los funcionarios disfrutan de lujos que les brinda el Estado, hay millones de peruanos que luchan cada día por conseguir lo más básico: un techo, alimento y un futuro mejor para sus hijos. La desconexión entre la clase política y la realidad de la gente es cada vez más evidente. Comentarios insensibles como el de la presidenta, que habla de preparar comidas con S/. 10, reflejan una visión completamente alejada de la pobreza que muchos enfrentan en sus hogares. ¿Cómo podemos esperar que quienes gobiernan el país comprendan las necesidades reales de su pueblo si viven tan alejados de su sufrimiento?

Hoy en día, muchas familias peruanas quizás no tengan nada que compartir en estas fiestas navideñas, mientras que la clase política parece estar más centrada en sus intereses personales que en el bienestar común. Las promesas incumplidas, las manipulaciones dentro de los programas sociales y los actos de corrupción son una constante que empaña la imagen del Estado. El uso indebido de recursos públicos, como la distribución de alimentos en mal estado o carne de caballo en lugar de carne de res, es un claro ejemplo de cómo algunos funcionarios han traicionado la confianza de los ciudadanos.

Frente a esta realidad, es hora de reflexionar sobre qué estamos eligiendo. Ya no podemos permitir que la política se convierta en un juego de intereses personales o ideológicos. La situación actual nos demuestra que no podemos seguir eligiendo a nuestros líderes basados únicamente en promesas vacías o en simpatías por discursos populistas. Necesitamos un «plan país» que busque el bienestar de todos y no el beneficio de unos pocos.

Las elecciones están cada vez más cerca, y debemos estar conscientes de la importancia de nuestra voz. El cambio está en nuestras manos, y es crucial que aprendamos de los errores del pasado. No podemos permitirnos seguir repitiendo los mismos ciclos de decepción. Es fundamental que, como ciudadanos, votemos con responsabilidad, con visión de futuro y con un verdadero compromiso con el país.

Es tiempo de construir un Perú más justo, donde los intereses del pueblo prevalezcan sobre los intereses personales. Como peruanos, tenemos el poder de cambiar nuestra historia. No dejemos que esta oportunidad se escape.

Lic. Percy Salinas T.
Director Periodístico, VemaxTv

 

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